La hoguera vibra,
se mueve,
danzan sus llamas y pavesas
al compás de una música
danzan sus llamas y pavesas
al compás de una música
compuesta por el azar.
La hoguera arde
ebria de oxígeno,
se emborracha con el aire
mientras la leña alimenta sus pies,
perdurando hasta la agonía de sus rescoldos.
Después
—como en la vida—,
solo quedan cenizas y humo.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura: "El gran incendio de Roma" (1785), Hubert Robert. Musee des Beaux-Arts Andre Malraux, Le Havre, Francia