A mi querida amiga y gran poeta Adelina R. S.
Te haces querer
aunque no quieras,
porque naciste en un panal
que goteaba soles de oro,
porque al alzarse el día,
tu luz blanca y esponjosa
traspasa las calles desiertas
como el canto de los pájaros.
Te haces querer
con ímpetu de fuego,
porque elevas
tus alas de libélula
—tus vidrieras góticas—
sobre el agua de los ríos
en las tardes estivales,
y un arcoíris
refleja tus majestuosas formas.
Te haces querer
—y no lo sabes—
porque una estirpe soberana
te legó su cetro de violetas.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura: "Witness" (Testigo), Juan Medina