Frente a la playa,
recluido en un oscuro laberinto
de roca,
se encuentra
un ser extraordinario,
un hombre medio toro,
un ser formidable por entero.
Cobijado entre las sombras,
sueña que deja atrás su cautiverio,
su noche eterna,
su eterno sufrimiento.
Sueña que trota ligero
hollando la arena,
que galopa enfervorizado
entre la espuma de nácar
de un mar que brilla encendido
con pavesas de oro.
Sueña también con su felicidad,
sueña que no ha de devorar
más corazón que aquel
que le entregue el amor que nunca tuvo
—el Minotauro no sabe que sueña conmigo.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura: "Minotauro acariciando a una mujer dormida" (1956), Pablo Picasso (litografía perteneciente a la Suite Vollard)
Música: "Garras dos sentidos", Mísia