miércoles, 3 de octubre de 2012

EL EMPERADOR QIN SHI HUANG


Oh, figura sedente,
sobre broncíneas ruedas
surcas la medianoche de las eras.

Oh, señor, que creaste un imperio del caos
y al caos del barro regresaste,
un ejército de inertes soldados te guarda;
ellos batallan porque el mundo te recuerde
aun cuando sus manos permanezcan inermes,
custodiando las oquedades de sus pertrechos.

Oh, señor, que fuiste
de entre los tuyos el primero,
magnánimo e impío,
espléndido y despótico,
tus otrora inexpugnables murallas
no han resistido el asedio de tu gloria,
ya el gusano ha roto el capullo
y con sedosas alas vuela.
Inútiles yacen sus despojos,
ahora encandila al mundo
con la mirada cautivadora de sus ocelos.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Fotografía: estatua de ballestero, Museo de los guerreros de terracota del emperador Qin Shi Huang, Xi’an, China
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