Te lo digo ahora
—durante este tiempo de vendimia dulce—,
por si un día
las palabras se me agolpan
sobre las paredes de mis sentimientos.
Te lo digo ahora,
que aún respiro sueños sin que mi semblante
mude a desconcierto: “Eres lo que tengo”.
Lo único que tengo
fuera de mi piel,
fuera de mi orilla.
Lo único que tengo.
Te lo digo ahora,
por si un día
un viento azota mis párpados
con la sal del mar,
por si un día
una tormenta devasta mis labios
arrebatándoles su cosecha de besos.
Te lo digo
y sé que entonces
levantarás diques
con la longitud de tu abrazo.
Te lo digo
y sé que entonces
tu verde mirada
de vidrio líquido,
tus ojos de océano,
tus ojos de gavillas
de algas,
—durante este tiempo de vendimia dulce—,
por si un día
las palabras se me agolpan
sobre las paredes de mis sentimientos.
Te lo digo ahora,
que aún respiro sueños sin que mi semblante
mude a desconcierto: “Eres lo que tengo”.
Lo único que tengo
fuera de mi piel,
fuera de mi orilla.
Lo único que tengo.
Te lo digo ahora,
por si un día
un viento azota mis párpados
con la sal del mar,
por si un día
una tormenta devasta mis labios
arrebatándoles su cosecha de besos.
Te lo digo
y sé que entonces
levantarás diques
con la longitud de tu abrazo.
Te lo digo
y sé que entonces
tu verde mirada
de vidrio líquido,
tus ojos de océano,
tus ojos de gavillas
de algas,