Muerte,
puerta inevitable
de cerrojos infalibles.
Muerte,
asesina de tristezas
y alegrías,
fin de lo efímero,
comienzo de la nada
o del todo.
Muerte,
conocedora suprema
de los días,
de las horas,
de los minutos y segundos que quedan.
Himno modulado en ecos graves
o en agudas resonancias,
partitura en clave de plañidera.
Muerte,
sola y próxima.
(Mayte Dalianegra)
Pintura: “Le radeau de la Meduse” (La balsa de la Medusa), 1819, Jean Louise Théodore Géricault, Museo del Louvre, París