Un ciprés —que no el de Silos—,
corazón de una glorieta
en un jardín sevillano,
sirve de mástil al barco
de los poemas de Bécquer,
que navega entre suspiros
de románticos amores,
de broncíneos Cupidos.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura: "Glorieta de Bécquer, Parque de Maria Luisa, Sevilla". Óleo sobre lienzo de Antonio González-Alba (Galba)