y vida hay en los trazos misteriosos
del rastro de galopes cadenciosos
avanzando en veloz acometida.
También esa enigmática partida
de cuadrúpedos, cinco toros briosos
y un caballo de cuartos poderosos,
me deja la memoria desvalida.
Imagino trazando aquellos uros
al cazador, artista y hechicero,
proyectando su luz sobre los muros
sinuosos de la cueva, con austero
gesto, y delineando los oscuros
recovecos con filo de puntero.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Fotografía: detalle del caballo del panel rupestre llamado "La torada de la Loja", Cueva de la Loja, Asturias, España