Entonces no importaba que hubiera sol ni luna,
ni noche, ni mañana, ni rosas en jarrones,
ni enredaderas verdes colgando en los balcones,
ni risas en la calle, ni niño en una cuna.
Entonces no veía la arena de la duna,
ni el tiempo que se escurre por entre los rincones,
ni las dificultades que escalan farallones,
ni la falta de números para lograr fortuna.
Entonces contenía mi aliento solo al verte,
respiraba los aires de tus ojos de cielo,
levitaba entre nubes bendiciendo mi suerte.
Entonces pasó aquello que me derribó al suelo,
llegaron las borrascas soplando un viento fuerte.
Entonces era entonces, y ahora queda el duelo.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura: "Desnudo reclinado" (1864), Jean Frederic Bazille
Música: "Tiempo y silencio", Cesária Évora y Pedro Guerra