Una sombra gélida, una esquirla acerada
se retuerce entre las fibras
de la atmósfera.
Se ha roto el espejo
donde tu reflejo se me idealizaba. Se han ido
los sueños —como tantos otros—,
se han ido con ellos la ilusión
y el vértigo
que de agua y fuego colmaban mi esencia.
Queda ya el vacío, quedo, silente,
y el juego insincero.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura: "No ser reproducido" (1937), René Magritte