Hay un pasado sangriento y oscuro
en la pupila muda de las piedras,
en las raíces de las ceibas,
en el oro antiguo que fraguó
los rostros de los dioses.
Hay una gloria que camina
con el peso de la historia aferrado
a sus tobillos,
al esqueleto de su arquitectura,
a la sonrisa milenaria de sus ídolos de barro.
Hay una ventana que se abre
para escudriñar el polvo de las estrellas
y su brillante resplandor
en el dorado espejo de los tesoros.
Hay una puerta para asomarnos
a los abismos remotos,
para sumergirnos en el arrojo
de resolver cuestiones
de arduo dictamen,
para escuchar la lejana sinfonía de la niebla.
Y hay tantos jeroglíficos
ofuscándonos la mirada…
Tal vez el tiempo,
con su imparable avance de locomotora,
se encargue de ascender
hasta la elevada cumbre de los enigmas.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Litografía: “Casa del Gobernador de Uxmal (ruinas mayas de México)”, Frederick Catherwood (1799 – 1854)