Aun reconociéndome lega
en los horizontes
que el día vislumbra al aflorar,
sé que pertenezco
a esas gentes corrientes
cuyos rostros se desdibujan
bajo la capa del anonimato.
Les pertenezco de la misma manera
que las estrellas lejanas,
que proyectan la luz temblorosa
de su remoto pasado,
pertenecen al firmamento.
Y al igual que ellas
subordinaron su pálpito embrionario
a la noche,
me constituyo
parte de la muchedumbre.
Una parte ínfima,
insignificante y prescindible;
modesta como el grano de arena
necesario para conformar
las dunas de los desiertos
y las playas orladas
con la puntilla de espuma de las olas.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura de Enrique Florido Bernils