Visité tu tumba
—secreta y metamórfica—
en la costra ardiente
de una sima.
Tu estela —despojada
de fechas y de nombres—
exhalaba el hálito dulce
de las madreselvas, y tú,
tú olías a mi sangre fresca, tú,
esperanza, esmeralda cegadora,
tú olías a mi sangre fresca.
Mayte Dalianegra
Pintura: "Pandora", Patricia Watwood