jueves, 27 de febrero de 2014

LAS VENTANAS


Cuando el cielo sonríe
y nos regala
sus ángeles,
las ventanas se nos abren en el pecho
con la delicadeza de no clavarnos
sus goznes;
su apertura es vaporoso aleteo de mariposa.

Sus diáfanas hojas son ícaros
levantando el vuelo
hasta capturar el oro del sol
y disfrazarse de espejos.

Así salimos
al encuentro de lo dérmico:
con la timidez de la sorpresa
soldada a las manillas.

Las ventanas,
entonces, se convierten en ojos.

(Mayte Dalianegra)

Pintura: “Doña Ana”, Alberto Donaire
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